Siglo XX

Una vez entrado el siglo XX, la escasa documentación existente provoca que no haya mucha información sobre el devenir de la hermandad en estos años, aunque se puede deducir la escasez de medios económicos existente, obligando incluso a algunos hermanos a abandonar la hermandad al no poder pagar las cuotas, dando paso a una situación en la que las funciones religiosas se redujeran a la celebración del Septenario, salida procesional del Viernes de Dolores, entierro de caridad de los más pobres y hermanos difuntos, Sermón de las Tres Horas, procesión del Santo Entierro en años alternos, Novena de Ánimas y Campanilleros de la Aurora.

La situación de crisis era tan grave que entre 1910 y 1915 la hermandad era incapaz de pagar los funerales, teniéndose que valer en ocasiones de la generosidad de D. Juan de Morales Benjumea, hermano mayor del momento10.

Tras otro período de escasez documental, concretamente a partir de 1923, consta que en pena Guerra Civil fue elegido como hermano mayor D. Pedro Sánchez Sánchez, que junto con Antonio Gómez Pérez, mayordomo, se encargaron del devenir de la hermandad y protagonizaron uno de los hechos más importantes y milagrosos en la historia de nuestra hermandad, como es la salvación de la imagen de Nuestra Señora de los Dolores ante la quema de imágenes que tuvo lugar en 1936, no corriendo la misma suerte el Santísimo Cristo de las Aguas, obra también de José Montes de Oca.

De esta forma, se puede leer en el libro de actas correspondiente al Cabildo del 20 de abril de 1941 lo siguiente:

“(…) acaeció que un día del mes de abril del año 1936, y siendo Mayordomo de esta venerable Hermandad D. Antonio Gómez Pérez se derrumbó un muro de la capilla de la Virgen, sin antes haber dado señal de mal estado. Como por aquellos días reinaba el pánico en todos a causa de la persecución por los rojos a todas las casas de Dios y Nuestra Santa Iglesia, se dio el caso de encontrarse solo nuestro referido buen Mayordomo en este trance. Fue a ver angustiosamente al cofrade don Pedro Sánchez Sánchez para pedirle consejo y ayuda sobre lo que se debía hacer. La santísima virgen infundió mucho ánimo y decisión al referido cofrade don Pedro Sánchez Sánchez, quien ayudado por su hermano Luis Sánchez Sánchez, por aquellos días sacerdota coadjutor de esta santa iglesia parroquial, y consejo de su otro hermano D. Joaquón Sánchez Sánchez, procedió en unión del sr. mayordomo a arreglar la capilla. Primeramente se hizo un cálculo de lo que podía costar las obras, cuyo presupuesto aproximado ascendía a unas 4.000 pesetas, más como no había un céntimo, nombró don Antonio Gómez Pérez al hermano don Pedro Sánchez Sánchez administrador, quien inmediatamente empezó a pedir limosna en ombre de la santísima Virgen de los Dolores para reconstruir su casa, cuyas obras empezaron acto seguido (…) Como no se reunió bastante dinero para terminar las obras de la capilla, hubo que suspenderla a finales de mayo de 1936, acordándose pedir de nuevo en la temporada de la aceituna para termianr las obras, pero sucede que en julio de 1936 estalla la revolución rojo-marxista, destruyen los templos, queman las imágenes, entre ellas perdemos nuestra Bendita Imagen del Señor de las Aguas y Urna del Santo Entierro, todo destruido por las llamas; al ver los incendiarios que faltaba la Virgen de los Dolores que no estaba en su capilla, se preguntan entre sí, les entra confusión y desorientación sobre dónde podría estar la Virgen, más como no acertaba ninguno a comprender donde podría estar, resuelven incendiar el techo de la capilla y al efecto se suben al tejado, rocían con gasolina el techo y prenden fuego, y he aquí el primer milagro, la madera de la techumbre no ardió, mas que chamuscada muy superficialmente (…).

El día del derrumbamiento de la capilla, como queda explicado al comienzo de este acta, en medio de las mayores angustias del Mayordomo don Antonio Gómez Pérez, consultaba al hermano mayor don Pedro Sánchez Sánchez, donde pondríamos la Santísima Virgen hasta tanto se arreglaba la capilla. Por fin acordaron llevarla a los altos del coro del Convento, dejándola allí liada en un paño hasta que se compusieran los desperfectos de la Sagrada Imagen. (…) Pasados unos días y considerando indigno la forma con que habíamos dejado a nuestra Bendita Madre de los Dolores, abandonada como una cosa cualquiera, comunica el hermano D. Pedro Sánchez al Mayordomo D. Antonio Gómez el remordimiento de conciencia de cómo habíamos abandonado a la Virgen Bendita, más como las cosas iban de mal en peor y las persecuciones contra la Iglesia de Dios mas acentuada, el hermano D. Pedro Sánchez, en un arranque de amor a la Santísima Virgen, le comunica al Mayordomo su deseo de llevársela a su casa. Previa licencia del sr. cura párroco D. José María Rodríguez Guillen y conformidad del señor Mayordomo D. Antonio Gómez una buena tarde del mes de abril de 1936 y a la hora del Ángelus, el hermano don Pedro Sánchez muy animoso y con mucha decisión, envuelve a la santísima virgen en un paño y echándosela a cuestas sobre las espaldas, se la lleva a su casa de calle Marchena nº 32, diciéndole a la Santísima Virgen estas palabras: “Madre Mía, lo que sea de ti que sea de mi”. Una vez en su casa, y pareciéndole indigno también tenerla liada en un paño, llama al maestro carpintero Francisco Hormigo, y entre ellos dos componen los desperfectos de la Sagrada Imagen de la Virgen, y el hermano don Pedro Sánchez le arregla un altar en la mejor habitación de la casa, donde solían ir algunos de los pocos hermanos que sabían el paradero de la Santísima Virgen. 

Así las cosas, llega el 20 de julio de 1936, que después de oír la Santa Misa, fue avisado el hermano Pedro Sánchez por sus hermanos que la Guardia Roja lo buscaba para encarcelarlo, no encontrándolo, y a eso de medio día, se presentaron en casa de dicho cofrade las turbas rojas armadas, registraron la casa, vieron a la santísima Virgen y he aquí otro milagro, no la conocieron, preguntaban las turbas a la esposa del cofrade D. Pedro Sánchez qué Virgen tan bonita tiene aquí Pedro, a lo que contestó dicha señora con toda tranquilidad que la imagen de la Virgen era heredada de familia, a lo que se conformaron con esta respuesta, le alzaron el manto buscando armas, según decían las turbas, mas como nada encontraron, no hicieron nada, vieron la corona, los ornamentos de los días festivos y nada les hizo sospechar a los rojos que fuese la Virgen de los Dolores.

Hasta aquí los hechos más salientes de lo ocurrido, destacándose como se ve el milagro de la Virgen por ser un hecho sobrenatural que buscándola con gran interés no la encontraron y viéndola no la conocieron11.

Tras estos hechos, y una vez pasado el conflicto, la Junta de Gobierno de 1941 decide con gran entusiasmo reorganizar la cofradía, adquiriendo una nueva imagen del Señor crucificado, urna y paso para el Santo Entierro, firmando el contrato con el afamado escultor D. Antonio Castillo Lastrucci, recibiendo la cantidad de catorce mil quinientas pesetas12. La imagen tenía brazos articulados, para la ceremonia del Descendimiento que se volvió a celebrar, así como la procesión del Santo Entierro en años alternos.

Tras las gestiones realizadas por el hermano Antonio Valero Raya, se confeccionaron las primeras túnicas (hábitos de color negro y botonadura blanca), estrenadas el Viernes de Dolores de 1949, añadiéndose la capa blanca en 1950.

Con el deseo de adaptarse a la estética cofrade sevillana, a partir de mediados del siglo XX se adquieren unos respiraderos de madera tallada para el paso de la Virgen (1950), realizados por los Talleres de la Santísima Trinidad de Sevilla, se amplía el paso de palio sumando cuatro varales más, y se encarga a los talleres de Encarnación Pérez de Carrasquilla la confección del palio y bambalinas (1953), añadiéndose nueva candelería (1955).

Desde 1954, y a diferencia de como se hacía hasta entonces, procesionando la Virgen siempre bajo palio, se decide que el Viernes de Dolores, la Virgen saldría sin palio y sin música, haciéndolo en cambio en la procesión del Viernes Santo13.  Asimismo, en 1955 se aprueba la incorporación al título de la hermandad del Santísimo Cristo de las Aguas, suprimiéndose los títulos de Corona de Espinas, Pecado Mortal y Santa Caridad, que posteriormente se volverían a recuperar. De esta forma, el título completo quedó como “Hermandad del Santísimo Cristo de las Aguas y Orden Tercera de los Siervos de María Santísima de los Dolores.”14

Durante estos años se sigue con la mejora del patrimonio artístico, pasándose el manto realizado por el taller de Patrocinio López en el siglo XIX a un nuevo terciopelo de Lyon negro, ampliándose el bordado del mismo en un convento de religiosas de Cádiz. Asimismo se adquiere una nueva corona y corazón con puñales, realizados por Manuel Román Seco15. En la década de 1960 se adquiere un nuevo paso para el Santísimo Cristo de las Aguas, así como el traspaso de los bordados de la antigua saya de la Virgen a una tela de raso blanco (1969).

En 1973, siendo D. Manuel Marín Guerrero hermano mayor, se cambia la salida procesional a la tarde del Sábado Santo, considerándose más beneficiosa debido a los costes menores tanto de la banda de música como de las cuadrillas de hermanos costaleros, que se contrataban desde 1956 para el paso de Virgen, ya que el Señor iba con ruedas. Sin embargo, poco tiempo después, el interés de los jóvenes cofrades por portar las imágenes de forma gratuita provocó que dejaran de costearse las mismas, nombrándose como hermanos honorarios al capataz y a los primeros costaleros que llevaron a Nuestra Señora de los Dolores, en el año 1973.

Ese mismo año se encargan unos nuevos respiraderos de alpaca para el paso de la Virgen a los talleres de Viuda de Villarreal, siendo los actuales, y en 1974 tiene lugar la restauración de la Virgen por el escultor Manuel Escamilla.

Desde 1975, la hermandad vivió años difíciles, aunque el gran esfuerzo de D. Gabriel Sánchez Raya, hermano mayor por entonces, junto a su junta de gobierno y a los numerosos jóvenes que ayudaban en la hermandad consiguieron celebrarse los cultos anuales, así como la mejora del patrimonio artístico, destacando la restauración de la imagen del Santísimo Cristo de las Aguas por el escultor Ortega Brú (1979), quién prácticamente lo rehízo de nuevo, quitándole la articulación de los brazos. También por estos años se sustituye la Escala Santa de la capilla por una nueva realizada en mármol. Años más tarde se bendice la nueva Casa de Hermandad, concretamente el Viernes de Dolores del año 1987, se adquieren unos candelabros de cola (1988) y se acuerda la restauración de la imagen de la Virgen con el profesor Francisco Arquillo Torres.

Desde 1991 se sigue mejorando el patrimonio artístico y procesional, con la adquisición de un estandarte, una nueva Cruz de Guía y faroles, un nuevo paso procesional para el Santo Entierro, comprado a la hermandad de la Humildad de Mairena del Alcor, el inicio del bordado del palio (1994), así como la reforma de la capilla (1994) y una nueva candelería en plata de ley para el paso de palio (1999). Todo esto fue llevado a cabo gracias al gran esfuerzo de la Junta del momento, encabezada por D. José Antonio Moreno Pozo, así como de las donaciones y las numerosas actividades llevadas a cabo por los hermanos.

El siglo XX finaliza con un año muy importante para la hermandad, ya que se conmemora el cinquentenario de la primera salida procesional con túnicas de nazareno en Viernes Santo, llevándose durante la cuaresma de ese año un amplio programa de actos y de asistencias sociales, que culminó con la salida de la Virgen de los Dolores en su paso de palio, siendo trasladada a las seis de la mañana en Rosario de la Aurora hasta la parroquia, celebrándose allí esa tarde una función por el párroco Ángel Segura Lorca. Tras la Eucaristía, Nuestra Señora de los Dolores volvió en su paso de palio hacia el Convento, acompañada musicalmente por la banda de música del Maestro Tejera.


10 AHNSD. “Libro de Actas y Cabildos (1895-1981)”. Cabildo celebrado el 11 de abril de 1915.

11 AHNSD. “Libro de Actas de Cabildos (1895-1981)”. Cabildo celebrado el 20 de abril de 1941.

12 AHNSD. “Libro de cargo y Data (1912-1948)”. “Cuenta de la adquisición y pago del Santo Entierro. Año de 1942.”

13 AHNSD. “Libro de Actas de Cabildos (1895-1981)”. Cabildo celebrado el 2 de marzo de 1954.

14 AHNSD. “Libro de Actas de Cabildos (1895-1981)”. Cabildo celebrado el 10 de noviembre de 1955.

15 AHNSD. “Libro de Actas de Cabildos (1895-1981)”. Cabildo celebrado el 27 de marzo de 1961. Parte de la plata se obtuvo de la corona antigua realizada por Miguel Palomino en 1845 (información facilitada por D. Salvador Marín Guerrero).

Información extraída de CABELLO NÚÑEZ, José: Santo Entierro Magno. La Puebla de Cazalla, 30 de Marzo de 2002. Ayuntamiento de La Puebla de Cazalla, 2002.